martes, 30 de junio de 2009

Police Station


Redondeando mi serie de des-gracias encadenadas, alguien ha utilizado mi tarjeta de crédito en Argentina para comprarse la tarta más grande que debían tener en una pastelería, y digo la más grande que debían tener, porque se han gastado 216 pesos, casi 42€ en ella y ¡ni me han dado las gracias! Así que di noticia a mi banco y fui a poner una denuncia a la Policía de UCLA. Los dos jovencísimos (ísimos, ísimos) policías que me atendieron me hicieron múltiples preguntas y se lo tomaron tan en serio que van a investigar qué sucedió cuando me dejé mi cartera en John Wooden Center o, como lo he estado llamando yo en este Blog, el gimnasio de UCLA.

El 18 de Mayo me olvidé mi cartera en una clase de step, volví al día siguiente a por ella y me la devolvieron sin el dinero que tenía en efectivo que, por cierto, eran los últimos 50$ que tenía para el mes y ahí comenzó mi decrépita situación. Curiosamente al día siguiente otra mujer a la que conocía de vista me dijo que conocía a quien había devuelto la cartera y le pedí por favor que me dijera quién era por saber qué había pasado. Hablé con esta persona, que era una chica asiática estudiante de UCLA de unos 20 añitos y me pareció tan dulce que saqué en conclusión que ella no podía haber sido, así que fui a hablar con la jefa que me había devuelto la cartera para preguntarle ¿cómo podía ser que si la persona que la devolvió no tocó el dinero cuando me la dieron a mí éste había desaparecido? Y esta mujer, que fue incapaz de mirarme a la cara, me dijo que la cartera estuvo todo el día en su oficina y que ellos sólo la abrieron para ver si me podían identificar. No la creí, pero le di las gracias y me marché.
Parece ser que a la Policía le ha parecido que los dos hechos: que me dejara la cartera y que alguien utilice mi número de tarjeta de crédito, podían estar relacionados, y me dijeron que lo van a investigar. Así que nada, veremos como de eficaz es la policía de Los Angeles.
Pero lo que no me dieron fue una copia de la denuncia, al parecer aquí funciona de forma diferente que en España: aquí sólo te dan una referencia, si quieres un duplicado tarda 10 días y cuesta casi 20$

lunes, 29 de junio de 2009

El Hombre Blanco

Mis padres siempre me han contado que se conocieron “a través de la pipa de un Indio”, así que desde pequeña me he imaginado las pipas de los indios con todo detalle (por la relevancia que tenían para mi historia familiar). Me las imaginaba enormes con trozos de madera tallados, plumas, telas llenas de colores y, por supuesto, espejos, porque de lo contrario la historia que me contaban mis padres no tenía sentido. Me imaginaba al indio sentado en el centro fumando de la pipa y a mis padres tonteando a través de los espejos y apartando el humo.

Pero gracias a un documental sobre la historia de los Indios Nativos Americanos he descubierto que las pipas de los Indios no son tan diferentes de las de los fumetas de cualquier parte del mundo. Por desgracia tengo que reconocer que no ha sido lo único que he descubierto viendo el documental.

Pura casualidad que este fin de semana también tenía que leerme una etnografía de finales de los 70 sobre los Apaches de una Reserva del Oeste: PORTRAITS OF “THE WHITEMAN” KEITH H. BASSO
El libro trata sobre las bromas que los Indios de esta reserva hacen sobre “el hombre blanco” y a través de las cuales el autor analiza cómo los Indios Nativos Americanos ven a los Anglo-Americanos y cómo rechazan buena parte de lo que son sus costumbres a la hora de relacionarse. (Una mezcla de “Sin noticias de Gurb” y “Stuff White People Like”). Hasta el momento, al menos yo, tenía muchos ejemplos sobre bromas que los americanos hacen sobre los Indios, pero no al contrario y no sabía que me perdía la mejor parte.

Se ríen de todo: desde la rapidez con que “el hombre blanco” llama amigo a un casi desconocido (un ejemplo, un, dos, tres, responda otra vez: Facebook) hasta del empeño del hombre blando por gritar e insultar a las máquinas cuando estas no funcionan como esperaban. A mitad del libro no podía parar de reírme con cosas como esta (conversación en la que un Apache está contando como otro Apache imita a un Hippie):

“Él estaba de broma, ya se lo había visto hacer antes un montón de veces. Se puso a hacer que era un Hippie, se puso una fregona en la cabeza y se puso a andar alrededor de donde yo estaba sentado, mirándome fijamente. Sin decir nada. De pronto empezó a decirme: ‘tú nativo americano, hombre, ¡primer ciudadano! ¡Uaaau, Uaaau!!’ y no paraba de decir ‘¡¡Uaaau!!’ y justo después me empezó a pedir dinero; ‘ Dame un dólar, cincuenta céntimos, diez céntimos. Tú mi hermano, tú mi hermano’ y todo el mundo se partía de risa. Haciéndose el Hippie dice: ‘¡eres mi hermano!’ Dice eso sólo porque quiere dinero, eso es todo. Algunos hombres blancos aún se creen que los indios somos idiotas”.

Pero sin ninguna duda lo que se ha llevado la palma ha sido la ácida crítica al: “How you doing?” “¿cómo te va?” algo que sale una y otra vez en sus imitaciones que, por cierto eran del estilo de las de Muchachada Nui. Cada vez que imitan al hombre blanco empiezan diciendo: “How you doing my friend?” porque no terminan de comprender por qué una persona que apenas te conoce y a la que no le importas un pimiento te pregunta que ¿cómo estás? O que ¿cómo te va? Algo que se pregunta también todo europeo cuando llega a Estados Unidos. Hay tres tipos de personas que te hacen esta pregunta: en los comercios, es decir gente a la que no has visto ni vas a volver a ver y a la que le tienes que responder “I’m doing Great!”, gente que te conoce de vista y a la que de verdad tienes que responderle algo más elaborado que un “Great” y, por último, la gente que tiene sentido que te lo pregunte; tus amigos, familiares, compañeros de curro, etc.

Y es curioso porque no es ni mucho menos la única crítica en la que yo creo que Indios Nativos Americanos y extranjeros en US coincidimos. Os sorprendería saber hasta qué punto nos parecemos más a un Apache en la forma de relacionarnos que a un americano.

jueves, 25 de junio de 2009

14:30 estaba trabajando en mi habitación cuando mi compañera de casa, Tanja, se ha parado en la puerta, estaba hablando por teléfono y le estaba diciendo a la persona con la que hablaba: “Espera que le voy a preguntar a Gema” y entonces me ha preguntado: “¿Michael Jackson ha muerto?” y yo he saltado de la silla: “imposible, no, no, te están tomando el pelo” y me he levantado, he ido al salón a poner la tele mientras ella me decía: “pues es el rumor que corre”. He puesto la tele y he buscado alguna cadena con noticias y cuando la he encontrado se veían imágenes aéreas del Centro Médico de UCLA que está a la entrada de la universidad, al mismo tiempo una periodista estaba diciendo que Michael Jackson había fallecido de un ataque al corazón en su casa de Los Angeles.
Estaba viendo a la gente a las puertas de este Hospital en la cadena NBC y no he podido evitar pensar en que no me podía creer; ni lo que estaba pasando ni que yo estuviera tan cerca de lo que estaba sucediendo.
22:30 y las cadenas principales siguen hablando de él y de Farrah Fawcett, que también ha fallecido hoy. No sé si tendré ocasión de ir a Hollywood, al parecer la gente ha llenado de velas y flores las estrellas de ambos artistas y ya hay un montón de fotos circulando por internet.

martes, 23 de junio de 2009

Brentwood


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Han vuelto a empezar las clases en UCLA, las sesiones de verano. Sólo tengo un curso ya (y mucho trabajo que hacer) el curso se llama: Lenguaje e Identidad.

UCLA me dice adiós con una patada en el culo; fui a solicitar una tarjeta de transporte, que hace más económicos los trayectos en autobús, y me dijeron que si no era estudiante de UCLA (es decir, si no pagaba los 28.000$ anuales que me costaría ser estudiante en la Universidad de California) pues no tenía derecho a ese servicio. Después de una hora esperando para esto, jugué todas mis bazas y le dije a la chica que había estado utilizando todo el año sin problemas la tarjeta de la universidad para viajar en el autobús a 0.25$ y me hizo saber que tampoco me deberían haber permitido eso (me lo dijo de buenas, sonriendo) así que me fui al gimnasio para descubrir que también se me acaba el chollo del centro de deportes porque tendría que pagar el trimestre de verano entero si quisiera seguir (unos 80$) y, evidentemente, no tengo ese dinero.
La buena noticia es que también descubrí que tenía que vaciar mi taquilla antes del día 10 de Julio o de lo contrario ¡¡se quedan con mis cosas!! Qué agresividad. Eché cuentas de lo que me tengo que gastar en autobús durante las 6 semanas del curso y me di cuenta de que sólo me queda dinero para comer y para transporte :(

Por lo que para poder hacer deporte he decidido irme a caminar por el barrio, que me sale gratis. ¿Dónde quedaron aquéllos días que me iba al paseo marítimo de Santa Mónica a correr? Si soy sincera ya me había hartado porque el mar aquí no es como el mar en España y mi barrio lo tenía muy poco explorado.

Me he ido a caminar por el “precioso” Brentwood, he decidido ir hacia el norte y llegar hasta arriba del todo de las montañas ¡ilusa de mi! Al principio me he emocionado porque se veía el Getty Center y parecía que iba a llegar en cuestión de media hora, he empezado a subir, subir, subir, subir y las calles se hacían cada vez más estrechas y empinadas.

Antes de seguir tengo que explicar que aquí las calles no tienen ACERA así que caminas por la calzada, tampoco tienen ILUMINACIÓN por la noche. La calzada no está delimitada ni por rallas ni por nada y suele ser bastante cutre. Este barrio no tiene ninguna zona común: parques, plazas, calles anchas. Principalmente porque todo ese espacio lo tienen dentro de las casas. No hay tiendas nada más que en San Vicente en Sunset Boulevard y en otro par de calles principales. Los bares ¡no existen! Sí existen las franquicias como Sturbucks o Peet’s Coffee, pero sólo en las calles principales. Las casas son ENORMES, los chalets más grandes de Madrid: Parque Conde Orgaz, La Moraleja, es lo más parecido que se me ocurre. Dentro de las fincas suelen tener más vegetación que la del Jardín Botánico, así que desde la calle parece que estás caminando en medio de la selva.

Estaba caminando por una calle que se llama Firth, en principio con los cascos despreocupada porque total era de día y en este barrio, como siempre digo yo: “nunca pasa nada” (de lo que me alegro, ¡eh!) y cuando me he querido dar cuenta la calzada era realmente estrecha y no me llegaba ni un rayo de sol porque ¡¡¡los árboles y el resto de la vegetación cubrían el cielo!!! Me he quitado los cascos porque he pensado que si venía un coche por lo menos lo oiría y justo entonces me he dado cuenta que de entre las ramas de los árboles salían… ¡cámaras de vigilancia! He seguido hasta el final de la calle y sorpresa, la calle terminaba en otra propiedad privada gigantesca. Así que me he dado la vuelta.

Otra de las cosas que no he explicado sobre Los Angeles es que cuanto más hacia el Nor-Oeste, hacia el Océano, más republicanos son. En mi barrio muchas de las casas lucen la bandera americana y sólo suelen ponerla quienes son republicanos. También cuanto más hacia el Norte y más hacia el Oeste, más grandes son las casas y más blindadas están.

En estas calles en las que no te cruzas más de tres almas en 2 horas de pateo, dos de esas tres almas son de Sudamérica porque hay, al menos, dos trabajadores por casa (si no están haciendo obras, si están de obras están también los obreros) y son todos de origen sudamericano.
Beautifull Brentwood!

martes, 16 de junio de 2009

Sin un centavo...



Por hacer un resumen de mi situación económica: sin un duro, traducido a US, sin un centavo. En realidad el balance no sería 00, sino negativo porque debo unos 1400€ repartidos en buenos corazones que me han prestado dinero y el banco.

Ya estaba así la cosa antes del 30 de Mayo, pero ese día la terminamos de enfear (y sí, me acabo de inventar un verbo). El 30 de Mayo Lola y yo íbamos a nuestra clase de Yoga en un intento de hacer 41 días seguidos de Yoga del bestia, del que hacen aquí. Íbamos por el día 6 creo, estábamos en un parking en la calle 2 en Santa Mónica, estábamos hablando, conducía yo. Se me fue un poco el coche para la izquierda, hacia una de las paredes del parking, intenté frenar en seco para rectificar y aún no sé cómo mi chancla se quedó enganchada en el acelerador y lo pisé a fondo, el coche chocó contra la pared y desde entonces sólo pensar en el tema me quita el sueño porque si no llegaba a fin de mes (ni a mitad de mes, qué coño) pues el golpe traducido en dinero es una pesadilla.

Para mejorar un poco la situación el finde pasado lo dediqué a hacer favores a algunas amigas de los estudios a cambio de pasta, lo que comúnmente llamáis trabajar, pero que yo lo voy a evitar llamar así. Entre otros: enyesar lienzos, organizar bandas de música y posar para una clase de dibujo. Me encantó todo y disfruté como una enana, por mi lo haría todos los fines de semana hasta que me fuera.

Nunca creí que diría esto, pero me encantaría tener un bola del futuro aunque sólo fuera para saber si el mes que viene voy a tener que seguir mirando los cupones de descuento de Vons y las ofertas de Ralphs o voy a poder respirar mínimamente.

viernes, 12 de junio de 2009

El nuevo Dean de las Ciencias Sociales

Hace un par de semanas el laboratorio de los miércoles empezó más tarde y con copa de champán, yo no sabía por qué, pero me he enterado: Alessandro Duranti ha sido elegido DEAN de la división de Ciencias Sociales de la universidad.

Foto:MICHAEL CHEN/Daily Bruin Senior Staff

Por la foto y por el título de la noticia: A new Dean in the College, “Dean” me sonaba más a James Dean que a Decano, lo que suena infinitamente más aburrido, pero todo es que él te lo cuente para que cambies de opinión.
En una entrevista para Daily Bruin, entre otras cosas, le preguntan por su estilo de liderazgo y él responde con otra pregunta, lo que España dirían que es muy de gallegos, acaba diciendo: “creo que como líder, mi estilo es que hablo con las personas y les escucho. Entonces me surge un plan. Prefiero llegar a un consenso que dictar”. Esto es lo que hace cada miércoles en el Laboratorio del Discurso. Desde que yo estoy aquí: escucha el trabajo que están haciendo los estudiantes, les hace una pregunta (en mi caso fue, entre otras: ¿qué te dice esto de la naturaleza humana?) y luego retoma la respuesta que la persona se ha esforzado por dar y la proyecta en el futuro de la investigación, de manera que sales de ahí con ganas de comerte el mundo.
No dice una sola mentira en toda la entrevista, ni una sola promesa de cómo será como Dean que no esté basada en cómo es ya como director de departamento: quiere poner a discutir y pensar juntos a los profesores y estudiantes de diferentes departamentos de Ciencias Sociales (ya lo está haciendo).
Y yo creo que lo que más me ha gustado y lo que me ha llevado a contar esto aquí, ha sido esto: “dice que se debería animar a los profesores universitarios a dirigir aquéllas investigaciones que atraen el interés no sólo de los colegas sino de los estudiantes y de los ciudadanos”.
Para todos aquellos que no os dediquéis a la investigación, en España los estudiantes tienen una libertad muy limitada cuando deciden meterse en investigación. No es mi caso, yo soy muy afortunada, pero mi situación no es la más común.

martes, 9 de junio de 2009

Zombis en Yosemite

Si hay un día memorable en el viaje que hicimos en Abril y que he dejado a la mitad, es el día que llegamos a Yosemite, en lugar de contarlo yo dejo que por primera vez alguien lo cuente por mí.
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Todo se remonta a una noche en la que 3 jovencitas iban en un descapotable recorriéndose buena parte de California, Nevada y Utah... Bueno, estas 3 jovencitas (no tan jovencitas ya) éramos Gema, Salvia y yo. Habíamos hecho medio viaje ya y decidimos acampar en Yosemite. El caso es que nos entretuvimos por el camino y ya era de noche cuando pasamos por un pueblo muy chulo, con mucho ambiente y nos dieron ganas de quedarnos ahí, pero habíamos dicho que teníamos que acampar, así que continuamos... ya no vimos ningún pueblo más y pasadas las 22:00 llegamos a Yosemite.

Buscamos un camping y el primero que encontramos nos dijeron que era sólo para ir con reserva y bla bla bla. Luego vimos un cartel de camping por una carretera que bajaba. Te pongo en situación, Yosemite es un parque nacional enorme, y a esas horas ya no veíamos ningún coche ni a nadie, no había luces nada de nada.

Nos metimos por esa carretera (enana, llena de curvas, en medio de un bosque con árboles muy altos y sin ninguna luz) y llegamos a lo que era el camping, pasamos por una caseta de control en la que no había nadie y bajamos, entonces vimos gente, yo vi 4, ellas a 5. El caso es que al acercarnos con las largas puestas los tipos estos no se movían, estaban como mirando un cartel que había a la entrada y no se movían nada. Iban vestidos en plan con vaqueros, y cazadoras de montaña y uno llevaba un palo en plan espantapájaros, así que al ver que no se movían pensamos que eran estatuas de estas que ponen los yanquis en plan de bienvenida. Yo creo que estuvimos un minuto alumbrando con las largas sin movernos y de repente nos pareció que a uno se le movía la cara. Gema se acojonó y dijo que ni de coña se quedaba ahí, así que empezó a dar marcha atrás como una loca, Salvia y yo le dijimos que se tranquilizara, que sería el viento lo que les movía... así que Gema empezó a dar la vuelta y los tipos empezaron a moverse y venían hacia nosotras, y te prometo que caminaban como zombies, y el del palo daba mucho miedo.

Así que retrocedimos más de 40 millas hasta que llegamos al único pueblo que habíamos visto que nos pareció tan chulo y ya no molaba tanto, porque estaba todo cerrado y no había gente, y el primer hostal al que fuimos a preguntar tenía una estatua de oso que casi nos mata del susto. Para colmo no nos atendían, al final una mujer nos abrió y nos ofreció una habitación, el hostal estaba lleno de relojes antiguos que no paraban de sonar (si llego a ver un pájaro disecado me muero). Al final, como 3 pánfilas nos metimos juntas en una cama a ver una peli boba.

Al día siguiente pasamos por ese camping y no vimos a nadie... nos sigue pareciendo raro que no se movieran en tanto tiempo, porque si a ti te alumbra un coche con las largas de noche haces algún gesto, aunque sea de deslumbramiento.
Al final no acampamos ni un día.
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Y la respuesta del amigo al que se lo mandaba...
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DIOS!
ME ENCANTA!

Yosemite dices, ese no es el sitio donde los frikis de la escalada van a adorada a su dios Dan Osman?

Voy a rescatar algunas frases tuyas dignas de comentario. Aquí va la primera: "Nos metimos por esa carretera (enana, llena de curvas, en medio de un bosque con árboles muy altos y sin ninguna luz)" Parece que no aprendemos nada de las pelis de terror, eh? Solo se me ocurren dos sitios mejores para ir a acampar: el hospital mental abandonado y el parque de atracciones abandonado.

Sigamos con la disección: "El caso es que al acercarnos con las largas puestas" Que pasa? Hacía frío?. Si lo sé, no es un buen chiste pero a mi me a hecho mucha gracia.

Otra buena: "así que al ver que no se movían pensamos que eran estatuas de estas que ponen los yankis en plan de bienvenida." Estatuas de bienvenida... una costumbre muy americana... Solo hay que ver a la tia esa de la antorcha que tienen en nueva york.

Otra: "El caso es que al acercarnos con las largas puestas" Seguía haciendo frio? Sorry, es que estoy muy tonto...
Sigamos:"...estatua de oso que casi nos mata del susto." Mira que no acordarte la costumbre yanki de tener estatuas de bienvenida.

Otra más: "el hostal estaba lleno de relojes antiguos que no paraban de sonar" Esto si que es escalofriante para terminar. Tic Tac, los zombies vienen a por ti, Tic Tac.

Y el final es digno de peli. En definitiva, una gran historia.