martes, 26 de mayo de 2009

La Historia que pesa.

SUE
You’re a good man, Wally. I wish
our dad would have been more like
you.

WALT
Don’t call me Wally.

SUE
No, I’m serious. He was hard on
us, really traditional, really old
school.

WALT
I’m old school.

SUE
Yeah, but you’re American.


Después de intentar entender por qué hay tantas diferencias entre la gente “mayor” en España y la gente “mayor” aquí, en Los Angeles, ya sospechaba que nuestra laaarga y peculiar historia tendría mucho que ver en nuestra forma de afrontar los problemas, los inconvenientes, las buenas noticias, la vida en general. Nuestras tradiciones vamos, no en el sentido de las procesiones en Semana Santa o los toros o la feria de abril… sino nuestra forma tradicional de entender cómo se deben hacer las cosas y cómo se tiene que hablar de ellas.
Del agorismo (agorero) español catastrofista, centrado en el qué dirán, en la tradición… a la aparente libertad americana de opciones de vida, de posibilidades, de todo.

Así te encuentras que una viejecita en España de 80 años estaría pensando en su jubilación y sus nietos y sus tapetes hechos a punto y una “no tan viejecita” pero de la misma edad aquí, si tiene dinero, en primer lugar físicamente (visiblemente) no es viejecita porque ya se habrá operado unas cuantas veces, y mentalmente tampoco porque sigue llevando una vida como la que ha llevado siempre.

Digo que aquí la “libertad” me parece que sólo es aparente porque cuando has crecido en España (y en general en Europa) resulta muy evidente que aquí son más esclavos del capitalismo que lo que lo somos nosotros. Es decir, que en realidad su historia (corta) les pesa tanto como a nosotros la nuestra, pero con una diferencia: su historia “MOLA” porque la saben vender siempre ligada al ocio, al buen rollo, al easy going y a la diversión. Los Hippies, el Rock, Halloween, la industria del cine, Thanksgiving, Beverly Hills, el sueño americano, Las Vegas, las series, la tierra de las oportunidades, los realities, etc. Incluso sus mayores catástrofes históricas están tan bien vendidas, que vemos pelis y hasta nos hacen llorar.

Y ahí está Clint Eastwood con “Gran Torino” enseñándonos el lado más feo de América: republicano, conservador, racista, machista… y reconciliándolo con la historia americana, la pasada: la guerra de Vietnam, el cristianismo, la América del hombre blanco de clase media… y la presente: la espectacular mezcla de nacionalidades y de tradiciones que conviven en los Estados Unidos, el cristianismo también, el problema de las bandas callejeras, etc. Y va el tipo y en una sola frase me hace entender de golpe eso a lo que llevaba dando vueltas 10 meses, ¿por qué los adultos americanos son tan diferentes a los españoles? Pues sí, porque son americanos.

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