Ojalá estuvieras aquí…

Este viernes celebramos Thanksgiving, acción de gracias, en casita con pavo, relleno del pavo, puré de patatas, panecillos, lasaña, vino, cerveza, tartas, champan y… ¡¡cerca de 50 personas!! en su mayoría amigos y amigas de María. Toda gente súper maja y la fiesta fue larga, larga, pero con horario Americano: desde las 4 de la tarde hasta las 11 de la noche. Aunque no fue la típica cena de Acción de Gracias, porque más bien cada uno cogía su plato y se sentaba donde podía (repito, cerca de 50 personas, no había mesa para recibir a tal cantidad de gente) aunque no nos sentamos todos en torno a una mesa, sí hubo momento discurso; María quería darnos las gracias (de eso va acción de gracias ¿no?) por estar esa noche allí y también, por formar parte de su vida. Para mi uno de los momentos más bonitos de la noche fue cuando entré en mi cuarto y me lo encontré lleno de gente con instrumentos (una chica tocando el violonchelo, otra chica tocando el violín y tres chicos tocando la guitarra) y ¿qué estaban tocando?: Wish You Were Here de Pink Floyd, me emocioné, claro, me mordí el labio e intenté pensar en “baloncesto, baloncesto”, que es una cosa sin lógica a la que siempre recurro cuando veo que se me va a escapar una lagrimilla y me da vergüenza. No en vano, me he tirado tres meses sin escuchar música; la radio del coche necesitaba un código que yo no tenía, en mi cuarto tenía unos altavoces para el portátil que se oían fatal y no tenía ni idea de cómo encontrar un sitio donde escuchar Rock en directo. Un fin de semana antes de que llegara Raúl; el famoso código del coche apareció, pude instalar unos altavoces que me dio Miguel cuando se volvió a España y fui al concierto de unos amigos en Venice: Silhouettes and Shadows. Así que Raúl se trajo la música a LA con su visita, además pasamos parte de una tarde en el Guitar Center y, aunque estaba cansada, me encantó.
Después de ensayarlo en mi cuarto la tocaron en el salón y hay un vídeo que espero me llegue rápido para poder enseñároslo.