LAS VEGAS

Por si alguien está interesado-barra-a en saber dónde estuve entre el 20 y el 23 de septiembre, que ya me imagino que no demasiado, ¡¡¡ en Las Vegas!!! La habitación era regalo de cumpleaños de Nacho. Alquilamos un coche, no cualquiera, un Hyundai Sonata como este , que yo conduje encantada hasta allí. Viaje de 4 horas y pico en el que cruzamos el desierto de Mojave. Pudimos comprobar que te puedes dormir en una carretera mientras conduces porque son rectas interminables. Para muestra un botón.

Nos emocionamos ya antes de llegar con un pueblecito que nos pareció espectacular porque tenía una montaña rusa y un indio con plumas, pero ya cuando llegamos a Las Vegas… ¡¡nuestro hotel era una pirámide!! Y eso lo resumiría todo, pero es que el de la pareja con la íbamos… ¡¡era un castillo con sus tejados rojos y azules!!

Lo cierto es que yo soy de las que si va a una playa prefiere que no haya nadie y que no pisa un hotel de más de 20 habitaciones a menos que sea el más barato de la zona, así que aparecer en una pirámide egipcia dentro de la cual no sólo había esfinges, momias gigantes y habitaciones sino un casino, varios Starbucks, restaurantes, un centro comercial, varios bares y ¡¡¡hasta la exposición de “bodies”!!! y varios shows del Circo del Sol, pues me impresionó.
En mi caso la impresión fue seguida de unas ganas terribles de recluirme en la habitación y pretender que fuera de ella no había nada más, por fortuna no estaba sola y salimos a conocer la ciudad, ver fotos aquí.
Las Vegas tiene una avenida principal, que se llama Las Vegas Bulevar y es donde se arremolinan todos los hoteles, luego a lo ancho parece que es como cualquier ciudad americana: todo casitas unifamiliares. En cada hotel hay un casino y cada noche te puedes ir a jugar a uno si te apetece, o verte un Show de esos espectaculares a la par que caros. Además de tener una representación de varias ciudades americanas: Nueva York, San Francisco… y europeas: Paris, Venecia… pues tiene figuras gigantes de merchandaising de lo que os podáis imaginar: Lacasitos, Coca-Cola, Harley-Davidson, etc. Pero lo que más vimos hacer a la gente en general fue: beber, fumar y perder pasta o ganarla, según el momento. Vimos como una mujer ganaba 400$ en una máquina de las que en España llamamos tragaperras y seguía jugando casi sin inmutarse, suponemos que, hasta que se lo gastó. Yo desarrollé la teoría de que Las Vegas era más divertido para ir sólo chicas por un lado o sólo chicos, por el motivo que sea uno disfruta más apostando con los de su mismo sexo. Jugamos al Black Jack y a la Ruleta, unos más que otros, pero yo recuerdo que al principio siempre ganábamos un montón de pasta, triplicábamos lo que habíamos apostado, pero luego empezábamos a perderlo de forma descarada.
La sensación del primer día fue de angustia, por lo menos para mí, de estar en un hotel con más de 300 habitaciones por planta y de alrededor de 20 plantas. La mejor palabra para describirlo es: una ciudad en vertical. La sensación de angustia cuando intentas llegar a la habitación o salir de ella porque caminas y caminas y parece que nunca vas a llegar al exterior. Al tercer día descubrimos la piscina que estaba muy pero que muy bien.
Sacamos el coche por la noche para descubrir que podías aparcar gratis en el resto de hoteles de la ciudad aunque no fuera el tuyo porque no te pedían documentación. Todo Vallet Parking (alguien te coge las llaves del coche, te lo aparca y cuando vuelves a recogerlo te lo traen).

La cosa funciona de la siguiente manera: tú apuestas y te dan fichas, en cada casino las fichas son diferentes, cuando apuestas tienes que dejar el dinero sobre la mesa. Todo está lleno de cámaras, no puedes apoyar bolsos en la mesa, no puedes hacer fotos o tener el móvil encima de la mesa cuando estás jugando, sea el juego que sea. Normalmente los crupiers no te explican nada a menos que se lo pidas y todo lo hacen muy rápido. Con nosotros siempre fueron super amables, incluso un poco hasta nos aconsejaban qué hacer. Cada mesa tiene una apuesta mínima diferente desde 10$ hasta 50$, creo que vi yo. Se puede beber y fumar mientras se juega y los casinos están abiertos de día y de noche, en ellos siempre parece que es de noche. Cuando decides retirarte dices: "cash out" y te lo dan en fichas de mayor valor que cambias por dinero en la caja.
También vimos los típicos sitios en los que la gente se casa después de haberse emborrachado (en pelis y series). Fuimos a un outlet, que también tienen fama allí. Yo eché de menos poder comer comida normal, sobre todo en el desayuno. No es lo mismo Starbucks para tomar un café a que se convierta en tu mejor, sino la única, opción para desayunar.
Total que… sí, volvería a las Vegas, pero con un grupo de amigas con ganas de celebrar alguna cosa por todo lo alto y ganas de hacer el gamba. Ahora que ya sé que allí se va a lo que se va. Además nos quedaron cosas por hacer… ¡¡¡¡¡¡Dios el Cañón del Colorado!!!!! Hay que volver.