El fin de semana empezó el viernes con una fiesta en un estudio, era una despedida en lugar de una inauguración, que era lo que yo esperaba. Era un
estudio de diseñoy a la persona que trabajaba en él, artista argentino sobre los 40 años, le habían triplicado el alquiler (debe ser que aquí no está regulado como en España, porque en España creo que esto sería ilegal) así que había decidido abandonar el lugar e irse a trabajar-vivir a otra parte. El estudio había tenido mucha más vida además de ser su lugar de trabajo, al parecer se celebraban fiestas y conciertos muy a menudo y era un lugar conocido por este tipo de saraos, así que a la gente le dio pena doblemente cuando el dueño y organizador de la fiesta dijo unas palabras de despedida explicando por qué se iba a cerrar ese lugar. Además de bebida y algo de comer había dos mesas una con regalos y otra con cosas de todo tipo que se podían comprar. Yo me llevé un libro de Ganesh (la portada es la foto del post) precioso del que me enamoré nada más verlo en la mesa y eso que había cojines, espejos, hasta un paraguas chino precioso, pero nada el librito me atrajo. Creía que tenía que pagárselo porque tenía precio, pero muy amablemente me dijo que no, que era un regalo y que lo disfrutara.
Me relacioné poco o nada con la gente de la fiesta que esta vez no había casi nadie ni de mi edad ni similar, y sí hablé mucho con una amiga de Lola nacida en Japón pero que también lleva muchos años viviendo aquí. Tiene un sentido del humor increíble, yo ya le conocía de los estudios (también trabaja en los estudios de Santa Mónica) y me comentó que le gustaría hacer un cuadro con mi cara y que si me importaba que me hiciera unas fotos ¡¡con lo mal que salgo yo en las fotos!! Pero vaya, que aunque no he visto sus cuadros, me han dicho que son preciosos así que si ella puede compensar lo poco fotogénica que soy, yo encantada. Sobre las 23:30 ya andaba por casa.
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