SÁBADO POR SANTA MÓNICA

A mediodía quedé con Miguel y su novia, los dos españoles, Miguel estudió conmigo la carrera y de casualidad también está aquí con una beca, pero solo tres meses. Su novia, aunque nacida en China, habla y entiende perfectamente español y se ha venido con él estos tres meses. Fuimos al Bubba Gump, el restaurante que Forrest Gump quería montar o tenía (no lo recuerdo bien) en la película, está en el parque de atracciones que hay en la playa de Santa Mónica y, siendo sábado, estaba hasta arriba de gente, pero había que visitarlo. Efectivamente tienen gambas de todo tipo: gambas a la plancha, gambas rebozadas, gambas al ajillo, ensalada de gambas, gambas en tempura, gambas cocidas, gambas con gabardina, etc. y sí, comimos gambas, Miguel una hamburguesa y su novia y yo una ensalada. El camarero nos explicó que para que se pararan los camareros, teníamos que poner una matrícula que ponía “Stop Forrest” y nosotros teníamos puesta la de “Corre Forrest Corre”.


No pude estar mucho con ellos porque tenía una Nganga (no sé cómo se escribe ¿Yajna?) una ceremonia de fuego a la que habían invitado a Lola y a la que ella me había invitado (¡¡las fotos son mías!!). Llegamos tarde, pero tampoco demasiado, yo ya había visto ceremonias como esa hace muchos años, pero no era exactamente igual. Esta la había encargado un tío por su cumpleaños y estaba toda la familia y amigos, nosotras estábamos invitadas por el que “hacía” la ceremonia, un chico hindú, con lo cual el chico del cumpleaños estaba un poco alucinado. Daba la impresión de que la mayoría de los presentes practicaban algún tipo de yoga porque conocían los cantos y se ponían en postura de meditación. La ceremonia duró unas 4 horas e hice un montón de fotos que cuando revele colgaré en el Flickr. Al final de la ceremonia teníamos que darle bendiciones al cumpleañero poniéndole pétalos de rosa en la cabeza y, la verdad es que debería haber sido un momento solemne, pero era demasiado gracioso ver cómo le caían los pétalos por la cabeza. Después hubo una cena con comida súper rara toda cruda y que a mí me sentó de pena, más tarde una parejita muy mona de unos 30 años dieron algo parecido a un concierto con un armonium y un tambor con doble membrana, típico de la india. Antes de irnos Lola me presentó al que ofició la ceremonia, se llamaba Shiva, debía tener unos 30 años, un poco más bajito que yo y muy delgadito, nos dijo que le mandáramos las fotos que habíamos sacado. Sobre las 24:00 estaba en casita y hoy está siendo un Domingo de lo más tranquilo. ¡¡¡Muchos besos!!!